¿Qué es mejor vender o subastar cuadros antiguos?

¿Qué es mejor subastar o vender cuadros antiguos?

A la hora de vender cuadros antiguos nos suele surgir la pregunta de qué será mas conveniente, si venderlo directamente a un anticuario o contar con una casa de subastas. En este artículo vamos a desarrollar los puntos más importantes que debemos tener en cuenta para saber que opción es mejor y obtener lo máximo por nuestras piezas.

Tabla de contenidos

Principales diferencias entre subasta y venta directa

Antes de adentrarnos en más detalle, debemos tener claro cuales con las principales diferencias que podemos encontrarnos a la hora de subastar o vender cuadro antiguos.

Control del precio

  • Cuando acudimos  con cuadros antiguos a una casa de subastas, su equipo de expertos realizará una valoración y pondrá un precio de salida a nuestras piezas. Debemos entender que este precio de salida, en la mayoría de los casos, son cuantías bajas; con el fin de hacer atractivas las pujas y que el cuadro se remate. De este modo, la casa de subasta se asegura obtener una comisión por su venta, que puede oscilar entre el 8% y el 30%.
  • Mediante una venta directa, nosotros como clientes podemos negociar con totalidad cuanto queremos obtener por nuestro cuadro y valorar ofertas de distintos profesionales.

Rapidez del proceso

Sin ninguna duda, si lo que queremos es una transacción rápida debemos decantarnos por la venta directa. Un venta en una casa de subastas es un proceso más largo y complejo que puede durar meses entre aceptación, catalogación, venta y cobro.

Además mediante la venta con anticuario tenemos mucha mayor flexibilidad en otras cuestiones como puede ser la conveniencia del pago (efectivo, transferencia, cheque..), inmediatez de la transacción, recogida de las piezas, etc.

 

Efectividad

En las casas de subastas españolas en los últimos 10 años, el porcentaje de piezas rematadas, es decir vendidas, se sitúa en torno al 40%. Gran número de cuadros quedan sin ser vendidos a pesar de ser ofertados a precios reducidos.

¿Dónde voy a conseguir mejor precio?

Esta es la pregunta que más nos realizan nuestros clientes que buscan asesoramiento para la venta de  cuadros antiguos. Es algo complicado de responder, ya que, tenemos estudiar las características individuales de cada pintura. Sin embargo, vamos a analizar los factores más determinantes. 

 

Autoría/Certificados de autenticidad

Supongamos que tenemos un cuadro firmado o respaldado por un certificado de autenticidad dónde se le atribuye a un pintor de renombre. Este tipo de cuadros suelen ser los más codiciados por las casas de subastas; se rematan a precios altos y permiten atraer a un gran número de pujadores. En este caso las casas de subastas invierten muchos medios en atraer coleccionistas, y por norma general se obtienen precios mayores que en ventas directas.

¿Tenemos un cuadro antiguo sin firmar, sin certificado y autoría desconocida? La casa de subastas pondrá un precio de salida bajo para que se remate. A fin de cuentas, tratan con miles de piezas y les interesa un gran número de remates. En este caso sin duda, la mejor opción es una venta directa con un anticuario. 

 

El cuadro ha sido subastado con anterioridad

La aparición de nuestra pintura en una subasta anterior tiene bastante peso en su precio futuro, al ser una «prueba de aceptación» del mercado.

 Imaginemos que nuestro cuadro antiguo salió a subasta hace 10 años y se remató en 3000 euros, podemos esperar que su precio en una subasta actual se aproxime o lo exceda.

En cambio, pongámonos en la cara opuesta, el cuadro no se vendió. Es decir, nuestra pieza, a pesar de haberse puesto en un precio atractivo, no ha conseguido venderse (no ha sido aprobada por el mercado de coleccionistas). Este hecho supone que el próximo precio de salida sea aún menor y puede traer consigo a que se devalúe muchísimo nuestro cuadro.  En este caso la mejor opción es una venta directa o nos arriesgamos a una importante pérdida de valor.

¿Qué merece más la pena vender o subastar?

Con lo explicado anteriormente, ya podemos entender que es más rentable o que merece más la pena a la hora de vender un cuadro antiguo. Todo dependerá de nuestra necesidades como vendedor o de las características de nuestra pintura antigua. Cada caso es único y debe ser estudiado de forma individualizada. 

 

 

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